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Corporativo
31 de marzo | 2015

Chileno en situación de discapacidad destaca como entrenador de fútbol en Honduras

El entrenador entrega sus conocimientos sobre el fútbol, y busca formar grandes personas.

Por Administrador General

Osvaldo Vera es un chileno radicado en Honduras y conocido en su comunidad por su buena disposición por enfrentar las duras batallas de la vida. Un accidente en 2010 lo dejó sin movilidad en sus piernas pero con muchas metas por cumplir. Entre ellas, enseñar fútbol y alejar de la delincuencia y drogadicción a jóvenes y niños de escasos recursos.

Y los objetivos se han ido cumpliendo. Hoy, desde su silla de ruedas, es la voz de mando de los equipos «Pioneras» (femenino) y «Guerreros de Cristo» (masculino). En ellos ha volcado todos sus esfuerzos para salir adelante y seguir formando a futuras generaciones de amantes del balompié  en zonas vulnerables de la capital Tegucigalpa.

En declaraciones al diario deportivo «Diez “de Honduras (www.diez.hn), el técnico recuerda sus inicios como entrenador  y explica la manera en que esta decisión cambió para siempre su manera de sentirse tras el accidente. «En el 2011 llegó a mi casa una chica que se llama Mariela González y me dijo que las ayudara a dirigir en un campeonato que se hace anual en la 21 de Octubre (barrio popular de la capital hondureña). Estaba postrado en mi cama, me sentía vencido porque no podía caminar y le dije que lo iba a pensar, pero antes de que saliera de la casa le dije que sí”, comentó Vera.

La historia se repetiría tiempo después, esta vez con un equipo llamado «Guerreros de Cristo», club al que se sumarían más de 60 niños.

ENTRE LA PELOTA, EL DOLOR Y EL ESFUERZO

La vida del «chileno, como es conocido entre los habitantes de su barrio, no ha sido fácil en  el país centroamericano. Aceptar su condición de persona en situación de discapacidad, sin trabajo estable, lejos de su familia y con muchos problemas económicos, más de una vez lo ha llevado a las lágrimas. Sin embargo, en el fútbol ha encontrado la cura a sus males.

“Son muchas las noches de lágrimas, se murió mi madre y no la pude ir a ver, también mi padre y tampoco pude ir a Chile. Mis días comienzan cuando apagan la luz, duermo poco y tengo muchos recuerdos de quien yo era… Ahora miro que estoy haciendo algo mucho mejor que lo que hacía cuando caminaba”, explicó emocionado acotando que  todo el mundo le dice «Profe, chileno”, lo que lo llena de orgullo porque, según explica, «ahora no sólo tengo tres hijos, sino más de 80 que comparten mi pasión por el fútbol».

Si bien no siempre cuenta con los recursos para entrenar a sus equipos, Vera siempre encuentra la forma de no fallarles. “Aunque no tenga ninguna pelota para entrenar, la pelota es mi mundo. Sin una pelota no soy nada. El balón es la mamá de los pollitos, acá hay alegría, tristeza, muerte, esto es todo”, relató.

 “El profe chileno” no dejó la oportunidad de transmitir su enseñanza: “Aprendí a reír porque la vida no se detiene, si te caes en un hoyo no puedes quedarte ahí, tenemos que seguir, yo ando con una mochila en mi espalda y si tengo un problema lo hecho ahí y sigo caminando”, finalizó. 

Fuente: www.diez.hn

Foto: Elheraldo.hn

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