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Corporativo
30 de junio | 2016

Descubre la emocionante historia de superación de la Dra. Kellie Lim

Una doctora de Los Ángeles con tres extremidades amputadas ha causado admiración en el mundo, demostrando que la discapacidad no define a las personas. "Miren hacia el pasado, y utilícenlo para extraer lecciones y fuerza, pero no dejen que eso determine su futuro", aconseja la Dra. Kellie Lim.

La historia de la doctora Kellie Lim ha sido un ejemplo de superación para muchos. A los 8 años desarrolló la enfermedad meningocócica perdiendo las piernas y el brazo derecho, tenía una probabilidad del 85% de morir, pero resistió. Muy pronto se enfrentó a una vida de prótesis, sillas de ruedas y rehabilitación y no pudo caminar en tres años.

Con la motivación de sus padres y un destacado espíritu de superación, obtuvo grandes logros. Lim se graduó de la escuela secundaria con honores y recibió formación médica en la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). La joven llevó a cabo sus estudios con una determinación que asombró a sus profesores, los que le otorgaron el premio de excelencia en pediatría.

Luego de obtener su título de medico, la Dr. Kellie completó su internado y luego se especializó en alergia e inmunología y farmacología. En la actualidad, trabaja como un alergólogo-inmunólogo con niños en la UCLA Health.

«La enfermedad me dejó con sólo lo suficiente para sobrevivir y continuar: dos dedos completos de la mano izquierda, el dedo pulgar y el anular. Cualquier menos habría hecho una hazaña casi imposible de superar los desafíos físicos de la vida diaria. Nunca habría sido tan ambiciosa si mi familia, amigos y profesores no hubieran creído en mis capacidades», señaló a CNN.

Lim ha demostrado que sin prótesis de brazo puede realizar la mayoría de procedimientos, tan sólo con una mano toma la muestra de sangre y administra inyecciones. Pero eso no es todo, porque en su vida cotidiana también se desenvuelve de una forma admirable. Vive sola en un departamento en Westwood, que no tiene características especiales para personas con discapacidad, conduce un auto adaptado con un botón giratorio en el volante, está aprendiendo a nadar, también a montar a caballo, e incluso practicó paracaidismo.

«Tuve la suerte de estar en un lugar donde tuve cuidado médico y donde tenía una comunidad de amigos y escuelas que apoyaron mi recuperación. Pero la suerte es sólo una parte de mi éxito, se necesita valor, determinación, honestidad e integridad para perseguir sus sueños. Como consejo les digo que miren hacia el pasado, y utilícenlo para extraer lecciones y fuerza, pero no deje que eso determine su futuro», agregó la Dra. Lim.

 

 

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