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Fue el 7 de diciembre de 1996 cuando, por primera vez, el Instituto Teletón Iquique abrió sus puertas. Inicialmente el foco era poder actualizar y llevar al plano local las atenciones de los niños, niñas y jóvenes que antes tenían que viajar a la ciudad de Arica, lo que fue muy bien recibido por todas las familias que se atendían. “Más adelante los grandes desafíos fueron la incorporación de más tecnología, la digitalización de nuestros sistemas y también el trabajo remoto mediante rehabilitación que es previo a la pandemia”, explica Julio Volenski, quien lleva nueve años en la institución ejerciendo el cargo de director.
Durante 2017, el Instituto Teletón Iquique obtuvo la Acreditación para Prestadores Institucionales de Atención Abierta, otorgada por la Superintendencia de Salud, con un 100% de cumplimiento de todas las características obligatorias y no obligatorias, y en la actualidad el equipo está enfocado y trabajando para obtener la reacreditación con los mejores estándares.
Hasta el 30 de septiembre de este año, el instituto ha recibido 82 nuevos pacientes. Asimismo, y durante el año pasado, se realizaron 32.504 atenciones en total, mientras que, en 2021, se han realizado 20.589 atenciones hasta el 30 de septiembre.
El Instituto Teletón Iquique implementó la rehabilitación remota después del terremoto ocurrido el año 2014, debido a que la carretera que conduce a Alto Hospicio quedó en gran medida destruida e intransitable. A pesar que posteriormente se habilitó un tránsito gradual, seguía implicando casi ocho horas de traslado para los pacientes y sus familias, lo que impulsó a realizar este cambio. “Muchos pacientes no venían y eso dio pie a desarrollar la telerrehabilitación”, recuerda el director del instituto.
El equipo del Instituto Teletón Iquique está integrado por profesionales de distintos países (Argentina, Perú, Brasil, Venezuela, El Salvador, entre otros) y de distintas partes de Chile. “Es un equipo tremendamente motivado, de muchas personas jóvenes con mucha creatividad, entusiasmo y con gran cariño por lo que hacen todos los días”, cuenta orgulloso Julio Volenski, quien detalla que son –en total– 31 personas, entre los que se encuentran kinesiólogos, terapeutas ocupacionales, fisiatras, fonoaudiólogas, enfermeras, asistente social, psicólogo y psiquiatra infanto–juvenil, además de los profesionales del Laboratorio de Órtesis y Prótesis (LOP).
El trabajo fundamental fue puesto en el cuidado de los niños, niñas y jóvenes, y del equipo para poder prevenir contagios por COVID–19 y, a la vez, mantener las terapias de rehabilitación que nunca se interrumpieron y que fueron todos los días, tal como fue el lema de campaña de este año. “Por ese motivo trasladamos los lugares de atención de todo el equipo hacia las casas de los profesionales, quienes desde ahí lograron dar continuidad a las terapias de nuestros niños, niñas y jóvenes. Pero el instituto se mantuvo siempre abierto (y esto fue un gran desafío). El centro no cerró ni un solo día, de tal manera que todos los pacientes que necesitaban ser atendidos de forma impostergable e imprescindible, fueron recibidos en forma presencial”, relata el doctor Volenski.