Patologías y Tratamientos
Lesión medular congénita
Lesión medular congénita
La espina bífida (EB) es un defecto en el desarrollo de la médula que se presenta durante el primer mes de gestación, y puede ser oculta o manifiesta.
En la mayoría de los casos, cuando la EB es oculta, no tiene repercusiones en la salud, aunque puede manifestarse con alteraciones en la función de la vejiga, deformidades del pie o retraso de la adquisición de la marcha.
Cuando la enfermedad es manifiesta, generalmente corresponde a un mielomeningocele (MMC), que origina trastornos en el control motor de la parte del cuerpo que está por debajo de la lesión (paresias y plejias) y con compromiso de músculos, vejiga e intestino, dificultades sensitivas y, secundariamente, alteraciones osteoarticulares. Se asocia en un porcentaje importante a otras patologías como hidrocefalia, malformación de Arnold Chiari, siringomielia y alergia al látex, las que requieren un manejo específico. En algunos casos, se puede observar compromiso intelectual y problemas específicos del aprendizaje.
No se sabe con certeza la causa, aunque uno de los factores involucrados es el déficit de ácido fólico. La adición de este compuesto a la harina ha significado una disminución importante de los casos. Sin embargo, también hay un factor genético.
Tratamiento
El manejo neuroquirúrgico que comprende tanto el cierre del defecto como la detección y manejo de la hidrocefalia, se realizan en los primeros días de vida del niño o niña.
El tratamiento de rehabilitación en Teletón, incluye:
- Atención médica: fisiatría y urología
- Atención terapéutica: kinesiología, terapia ocupacional y psicología.
- Atención enfermería
- Atención nutricional
- Cirugía ortopédica, si se requiere.
- Cirugía urológica, si requiere.
- Ayudas técnicas: órtesis, mobiliario especial, carritos, sillas de ruedas, para apoyar desplazamientos, entre otros.
- Apoyo al proceso de inclusión educativa y social.
Síntomas y signos
La ecografía de control de embarazo puede detectar tempranamente esta anomalía, y también la posible hidrocefalia asociada. Si esto no ocurre, el diagnóstico del MMC se realiza al nacer el niño o niña. La observación clínica de la movilidad, forma y sensibilidad de las extremidades permiten un diagnóstico del nivel de lesión.