“Amo esta obra maravillosa”: Conoce la historia de Angélica Pérez, la voluntaria más antigua de Teletón
Como parte de las actividades del Día Internacional del Voluntariado, Teletón hizo un reconocimiento a las más de 2 mil personas que entregan parte de su tiempo libre en pos de esta obra.
“Esto yo lo hago de corazón, porque me nace, porque amo esta obra que es maravillosa”. Así lo asegura Angélica Pérez al reflexionar sobre sus más de 45 años como voluntaria de Teletón, una institución a la que llegó incluso antes de que se construyera el primer instituto, ubicado en Alameda, a solo pasos de la casa donde ha vivido casi toda su vida y donde vio nacer a sus hijos y nietos.
Hasta 1978 los niños y niñas con discapacidad motora en Chile no contaban con la Teletón. En ese entonces lo que existía era la Sociedad Pro Ayuda del Niño Lisiado (SPANL), que funcionaba en la calle Huérfanos y estaba conformada por un grupo de médicos que entregaban lo mejor de sí, pero con recursos muy limitados. Fue a esa casona a la que llegó Angélica, quien buscaba destinar parte de su tiempo a ayudar a los niños que vivían las secuelas de sucesivos brotes de poliomielitis.
Aunque muchas mujeres de la época elegían ser parte de instituciones como las Damas de Rojo o Damas de Amarillo, Angélica optó por entregar su tiempo a los niños con discapacidad, a quienes entregaba desayuno y, tras sus terapias, los iba a dejar a sus casas. “Sentí que me necesitaban más aquí y me sentí más allegada a los niños con discapacidades. Nunca he sentido pena por ellos. Por el contrario, ellos a uno la fortalecen, porque siendo tan niños, tan chiquitos son tan inteligente y -como pueden- salen adelante”, sostiene.
En sus más de 45 años como voluntaria, Angélica ha sido testigo de la construcción del primer instituto, la llegada de modernas tecnologías e hitos como la visita del Papa Juan Pablo II a Chile, en 1987, que incluyó una breve detención en el frontis del instituto de calle Alameda. Una serie de recuerdos que se complementan con una valiosa colección de revistas, chapitas, fotos y otros elementos que dan cuenta de su paso por la institución, donde -además- ha desempeñado diversos roles: desde ser la encargada de recibir a los nuevos pacientes hasta apoyar en labores de enfermería y traslado de pacientes.
“Ser parte de esto es un orgullo. Yo me siento bendecida. Es una bendición estar acá. Yo entro al instituto y siento una alegría, me gusta estar cerca de los niños, de las mamás, las admiro mucho, porque ellas andan con sus hijos, se sacrifican”, sostiene.
Como parte de las actividades del Día Internacional del Voluntariado, Teletón hizo un reconocimiento a las más de 2 mil personas que entregan parte de su tiempo libre en pos de esta obra. En el encuentro, los asistentes pudieron ver esta pieza audiovisual que cuenta la historia de la voluntaria más antigua de Teletón.
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