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Corporativo
9 de enero | 2008

En Instituto Santiago Niños Teletón pintan sus cuerpos

Por Administrador General

TeletónPor primera vez en la Teletón, Jorge Artus, ex paciente Teletón y destacado artista plástico que se formó en los talleres de la institución, mostró su trabajo con cuerpos pintados, e invitó a los niños que pertenecen al Taller de Arte a descubrir que sus cuerpos también pueden ser expresiones de arte y belleza.

Los pacientes que asisten al taller pudieron pintar en forma dinámica las manos, pies, rostros, brazos, entre otros de sus respectivas parejas. Al respecto, Carolina Parra, Coordinadora de los programas de Alta Motivación señaló que “la actividad tiene un claro fin terapéutico, elemento fundamental en la rehabilitación de los de los niños y jóvenes con alguna discapacidad”

TeletónJorge Artus agregó que “el cuerpo es una importante expresión artística, ya que no solo se puede pintar con el cuerpo, sino también se puede transformar en una tela. Está técnica es una hermosa demostración para descubrir las infinitas proyecciones del cuerpo humano”.

Cabe destacar que el Taller de Arte de la Teletón cumple 10 años incentivando a niños y jóvenes a expresarse artísticamente.

Anexo entrevista Jorge Artus

Experiencia de rehabilitación
“SIEMPRE HE SIDO MUY FELIZ”

TeletónEn la primera Teletón se dio un momento inmensamente emotivo que se transformó en una imagen difícil de borrar de la memoria colectiva nacional: el espontáneo y amoroso abrazo que recibió Don Francisco de parte de Jorge Artus, un niño de 7 años, que escabulléndose entre la gente que repletaba el Casino Las Vegas, llegó hasta el escenario y agradeció, a su manera, a Mario Kreutzberger.

Jorge tiene una malformación congénita: ausencia de extremidades superiores, columna desviada y pies girados hacia un lado. Fue paciente de la Sociedad Pro Ayuda del Niño Lisiado desde 1967, apenas tenía un año y gracias a un tratamiento de enyesado sus pies y columnas se enderezaron.

TeletónDe la SPANL no sólo obtuvo rehabilitación, sino también, apoyo integral, acogida, amor y respeto. Jorge Artus, es la memoria viva de la rehabilitación real recibida de la SPANL y la Teletón. Hoy, a los 41 años, es un reconocido artista plástico y parte fundamental de esta historia.

¿Cómo fue su experiencia de rehabilitación?

Nunca me obligué a ir o algo parecido a la Sociedad, fue bastante espontáneo. Coincidió con que estaba pasando por ahí o estaba en “revisión técnica” (ríe).

Ahora bien, hay que reconocer que en mi tiempo, la discapacidad en sí era un sinónimo de desvalía, no había mucha educación sobre el tema, muchos padres no reaccionaban favorablemente frente a sus hijos, incluso en ocasiones, sentían que necesitaban ser sobreprotegidos. No buscaban medios o si los encontraban éstos eran muy caros.

¿Podría identificar la evolución de esta realidad?

El desarrollo integral de los discapacitados vino después porque, claramente, la rehabilitación en mi época era bastante más básica que la de ahora. La Sociedad se dedicaba por completo a rehabilitar y con el paso de los años todo se fue perfeccionando. Ahora la rehabilitación es mucho más integradora. Son otras las personas con discapacidad, incluso otras las discapacidades.

Hoy en día, un papá y una mamá, si tienen hijos con discapacidad, saben que son una parte de la realidad, por más doloroso que sea, y saben también que están las instancias para rehabilitarlos, en este caso, la Teletón.

¿Cuál ha sido la evolución de los elementos ortopédicos que ha usado en estos años?

Las características mecánicas de mis brazos ortopédicos son bastante eficaces y no han cambiado mucho a través de los años, aunque desde los primeros brazos ortopédicos que usé entre los 5 y los 12 años, el cambio se reconoce por el peso. Antes, cuando llegaba del colegio, lo primero que hacía era sacarme los brazos ya que eran muy pesados. La fibra de vidrio, para los que usamos brazos ortopédicos, fue como una bendición: los brazos ahora son livianos y manejables. Me los saco para dormir no más.

DISCRIMINACIÓN Y OTROS DEMONIOS

¿Tomó conciencia alguna vez de que la gente lo miraba distinto?

Cuando entré al colegio, la experiencia fue tremendamente positiva. Estuve en el San Ignacio de Alonso Ovalle y me recibieron con los brazos abiertos. Mis papás ni siquiera alcanzaron a sentir el rechazo, por el cuento y la mística que tiene un colegio como el San Ignacio: acogedores, con grandes valores.

¿Se sintió alguna vez discriminado?

En el tema cotidiano nunca experimenté discriminación y si alguna vez la recibí, jamás me di cuenta. Nunca transité por esa inquietud, si me discriminaban o no. A veces mis amigos me han dicho que me miran raro pero ni por aludido me doy, quizás es una forma inconsciente de defenderme. Claro, hubo experiencias súper concretas que habría tenido que ser ciego para no darme cuenta.

Y frente a ellas ¿Cuál es fue reacción?

Lo más claro que he tenido en toda mi vida es que cuento con el refugio de mi familia. Siempre he estado vinculado a los cariños, siempre he sido muy feliz y creo que la persona que discrimina es alguien que está carente de cariño.

¿Hay algún recuerdo que guarde especialmente?

Cuando estudiaba publicidad, tomaba un colectivo en Providencia con Manuel Montt, me subía adelante y pagaba. Una noche que salí tarde, había mucha gente esperando el colectivo y tuve que sentarme atrás, y por eso le dije al pasajero que estaba al lado mío que me pagara. Al rato, cuando me bajé, el conductor frenó y la puerta se fue hacia delante, entonces cerré la puerta con el pie. Unos segundos después siento un grito: “Oye, ¿qué no ‘tenís’ manos que no ‘cerrái’ como la gente?”. Era el chofer mirando por arriba del colectivo. Lo primero que pensé, fue: chuta, pobre gallo que no se dio cuenta. Y me doy vuelta y le muestro el gancho derecho, ya que el izquierdo lo tenía en el bolsillo, y el chofer me pregunta: “¿y la otra?”. Cuando le mostré el otro gancho, el tipo me quedó mirando pálido, levantó los hombros, se subió y se fue. Eso no fue discriminación, fue una anécdota.

Jorge es esencialmente feliz. Le cuesta ver el lado negativo de las cosas, la crueldad, el rechazo, cualquiera de esas cuestiones tan asociadas, o mal asociadas, a las personas con discapacidad. Si las vive, les da una vuelta, siempre hacia el lado bueno, sus historias así lo demuestran: “Cuando yo tenía unos 17 años, Alfonso Alcalde estaba escribiendo un libro para Mario Kreutzberger y me quiso entrevistar, así es que fue a verme a Rancagua. Fuimos a un restaurante a comernos un sándwich y nos sentamos en la terraza. Estábamos muy relajados y llega el garzón y dice: “Disculpe, señor, pero no lo voy a poder atender”. Alfonso preguntó molesto qué pasaba, y el tipo le responde: ‘El administrador dice que su acompañante incomoda a los clientes’. Alfonso, muy enojado, quería reclamar, pero yo no quería involucrarme con esa energía. Ahí no había un problema social, era la tranca de una persona. Esa podría ser la única vez que sentí que me discriminaran. Pasados los años, esta misma empresa de restaurantes terminó auspiciando la Teletón, paradójico.

“LA RUTA DEL CORAZÓN”

Jorge Artus es un reconocido, respetado y admirado artista plástico. Sus discapacidades físicas, jamás fueron un impedimento para concretar sus talentos. Así lo recuerda: “Desde muy chico empecé escribir con el cuello, a veces escribía con el gancho pero no tenía mucha movilidad, así es que prefería tomar notas con el lápiz en la boca”. Comenzó dibujando caricaturas, aunque reconoce que no era muy bueno pero le ponía empeño y le inquietaban el arte y la escritura.

“En un momento, cuando estudiaba publicidad – recuerda – viví una especie de crisis vocacional y decidí probar con la pintura. Descubrí que a través de la imagen uno puede llegar a más personas, descubrí en el color y la tela un gran aliado comunicacional, así es que dejé mis cuatro años de estudios de lado y confiado en la ruta del corazón, me dediqué a pintar”.

Cuenta que por consecuencia y en busca de más inspiración, se fue a vivir a Castro, Chiloé. Germán Arestizabal, maestro del lápiz color, conoció su trabajo y le dijo: “Esta mujer jamás te abandonará”.

“Cuando llegué a Santiago estaba demasiado feliz. Venía con más de tres exposiciones encima, con un cuadro que es exposición permanente en el Museo de Arte Moderno de Chiloé… Entonces venía con un currículum, así es que me invitaron a exponer al Planetario. La Fundación Teletón me ayudó un montón con el apoyo logístico, aparte del apoyo emocional”.

Y así, como en todo durante su vida, fue creciendo, superándose, perfeccionándose y se consagró.

¿Qué significa la Teletón para usted?

La Teletón no es sólo el show televisivo, tiene una importancia a todo nivel. He estado en el curso histórico de la Teletón, inevitablemente ligado, viví todo el crecimiento de la Sociedad. Pro Auda del Niño Lisiado. Dentro de mi vida está realidad está contemplada, absolutamente, en el estacionamiento de mis emociones. Conocí las dos versiones, SPANL y Teletón, sé lo bueno que fue y sé lo bueno que es ahora y lo que seguirá siendo. Sin los avances que hubo en el pasado, la obra de hoy no podría ser posible.

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